Aceite de Palma
El aceite de palma es el
más utilizado del mundo. Está en multitud de productos que
consumimos a diario pese a que no es una alternativa idónea desde el punto de
vista nutricional. Pero lo más preocupante es su producción, ya
que conlleva excesos mediambientales y sociales.
El aceite de palma es el más utilizado del mundo,
por delante del de soja o el de colza. Se produce a partir de los frutos de la palma
africana (Elaeis guineensis) y se ha convertido en una materia alimenticia
y cosmética.
El aceite de palma está desplazando a las grasas
hidrogenadas, que se han
demostrado nocivas para la salud. No obstante, este
aceite es muy rico en grasas saturadas, por lo que está lejos de ser una
alternativa idónea desde el punto de vista del equilibrio nutricional y es
preferible no abusar de él.
Hasta finales de 2014, los fabricantes de la UE no
tienen la obligación de detallar en el etiquetado de ingredientes el
origen botánico de la grasa vegetal que emplean en sus productos.
Usos
Cremas y coberturas
Se derrite a mayor temperatura que el chocolate, por
eso es idóneo para mantener y almacenar las coberturas, pero en la boca funde
peor.
Productos para untar
Por la cantidad de grasas saturadas que contiene y que
facilitan el untado, hace que se utilice en cremas de cacao y en margarinas.
Snacks y pasteles
En galletas, tostadas o bollería industrial, como
sustituto de las grasas hidrogenadas, poco cardiosaludables, y de la
mantequilla, que es más cara.
Precocinados
Se enrancia menos y su precio es bajo, por eso se usa
para elaborar muchos platos de comida preparada.
Chips y aperitivos
Porque aguanta más frituras que otras grasas. Aunque
en España se usa en su lugar aceite de girasol o de oliva.
Productos de limpieza
Es parte clave de la fórmula de jabones y detergentes
por estar presente en sus tensioactivos.
Cosméticos
Por su untuosidad, es una base óptima para muchos
productos de belleza y cremas corporales.
Velas
Alternativa a la cera o la parafina, para fabricar
velas..
La palma aceitera se cultiva en países
tropicales, donde a menudo representa una base importante para
las economías locales, así como una materia prima para la industria local.
Su cultivo en Indonesia
y Malasia, los dos países que concentran el 85% de la producción mundial,
ha tenido un fuerte impacto ambiental y social. Otros países exportadores de
aceite de palma son Papúa Nueva Guinea, Colombia, Tailandia, Camboya, Brasil,
México y África occidental.
La expansión de monocultivos intensivos, como las plantaciones de aceite
de Palma, especialmente en el sudeste asiático, se ha asociado con la deforestación de los bosques tropicales,
la apropiación de tierras pertenecientes a comunidades autóctonas,
abusos contra los derechos humanos y la muerte de ejemplares de diferentes
especies animales, como elefantes, orangutanes y tigres de Sumatra.
Según la UNEP (Progama medioambiental de Naciones unidas), las
plantaciones de aceite de palma son la principal causa de la deforestación en
Malasia e Indonesia. Aproximadamente el 70% de las plantaciones de palma en
Indonesia y el 50% en Malasia, están situadas en zonas que previamente eran bosque tropical.
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